Se le conoce como celulitis a los depósitos de grasa subcutánea que forman una especie de hoyos en la piel de los glúteos, muslos, abdomen y cadera, mejor conocido como “piel de naranja”. Esta acumulación de grasa se produce por la retención de líquidos o bien por el envejecimiento del tejido conjuntivo; durante su formación las células excedentes comprimen de manera brusca los vasos sanguíneos lo que provoca la disminución de sangre en ellas y esto favorece a la acumulación de otras células que oprimen los tejidos, esto a su vez causa la aglomeración de tejido muerto en un área. Es por esto que para su eliminación se debe drenar totalmente todos los residuos que se hayan depositado debajo de la piel.
La celulitis es considerada una enfermedad metabólica ya que provoca cambios funcionales y fisiológicos del tejido conjuntivo y trastornos circulatorios e hipertrofismo de las células adiposas. Éste problema integra siempre un componente lipídico, vascular y otro conectivo dando como resultado el tejido celulítico. Según expertos, la celulitis debe atenderse a tiempo y con un tratamiento adecuado, ya que el problema puede cronificarse. Existen 5 tipos de celulitis, celulitis generalizada, celulitis localizada, celulitis dura, celulitis fláccida y celulitis edematosa. Posteriormente desarrollaremos cada una de ellas, para conocer cuál es la que nos asecha.
Aunque comúnmente creemos que la celulitis es un problema que sólo aqueja a las mujeres, es una idea totalmente errónea, aunque sí las féminas son más vulnerables al padecimiento de la misma, en situaciones como la pubertad, la premenopausia o el embarazo, sin embargo, el período de lactancia permite su disipación y además previene su aparición. Aunque siempre es prevenible o tratable con la ayuda de terapias alternativas ligado a una buena y correcta alimentación, acompañadas de una rutina de ejercicio; ya que las personas delgadas también son propensas a sufrirlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario